EUROPA
PRESS
28 abril
2019
La
dieta mediterránea disuade de comer en exceso
Una nueva investigación ha
proporcionado la primera evidencia experimental de que la dieta mediterránea
protege contra el aumento en el consumo de calorías, la obesidad y la prediabetes en comparación con una dieta occidental.
Científicos de la Escuela de Medicina Wake
Forest, en Winston-Salem (Estados Unidos) han
descubierto que los primates no humanos con una dieta mediterránea optaron por
no comer toda la comida disponible y mantuvieron un peso normal. "En
comparación, los animales con una dieta occidental comieron mucho más de lo que
necesitaban y aumentaron de peso", explica la investigadora principal del
estudio, Carol A. Shively, profesora de patología en
la Escuela de Medicina Wake Forest.
Esta investigación, publicado en la revista 'Obesity', es el primer ensayo preclínico para medir los
efectos del consumo a largo plazo de una dieta occidental frente a la
mediterránea en enfermedades relacionadas con la obesidad en condiciones
experimentales controladas, explica Shively.
La investigación anterior sobre los efectos del tipo de
dieta en la ingesta calórica se basó en gran medida en estudios de población
humana que se basaron en la ingesta de alimentos autoinformada,
que a menudo no es confiable, o estudios de roedores con dietas de tipo no
humano.
El estudio de la Escuela de Medicina Wake
Forest fue un ensayo de prevención de 38 meses
(equivalente a unos 9 años para los humanos). Las dietas fueron formuladas para
reflejar con fidelidad las dietas humanas con proteínas y grasas derivadas en
gran parte de fuentes animales en la dieta occidental y principalmente de
fuentes vegetales en la dieta mediterránea. Sin embargo, las dos dietas
contenían proporciones comparables de grasa, proteínas y carbohidratos.
Hubo 38 mujeres de mediana edad en el estudio que se
asignaron al azar a la dieta mediterránea u occidental. A ambos grupos se les
asignó el peso de referencia y la grasa corporal y se les permitió comer todo
lo que quisieron durante el estudio. "Lo que encontramos fue que el grupo
de la dieta mediterránea en realidad comía menos calorías, tenía menos peso
corporal y menos grasa corporal que los de la dieta occidental", revela Shively.
La dieta mediterránea también protege contra el hígado graso
no alcohólico, que puede causar cirrosis hepática y cáncer de hígado, y
requerir un trasplante. La obesidad es una de sus principales causas. Para
2030, se espera que un tercio de los adultos norteamericanos tengan la
enfermedad, y es la razón de más rápido crecimiento para los trasplantes de
hígado en adultos jóvenes en los Estados Unidos.
"La composición de la dieta es un contribuyente de
importancia crítica para la salud pública y, desafortunadamente, las personas
con mayor riesgo de obesidad y enfermedades crónicas relacionadas con este
problema también tienen las dietas de peor calidad", alerta la
investigadora.
"La dieta occidental fue desarrollada y promovida por
compañías que quieren que comamos su comida, por lo que la hacen muy apetecible
y la consumimos en exceso. Comer una dieta mediterránea debe permitir que las
personas disfruten de su comida y no coman en exceso, concluye. Esperamos que
nuestros hallazgos estimulen a las personas a comer alimentos más saludables
que también sean agradables y que mejoren la salud humana".